Navegar con vientos fuertes puede ser un desafío, ya que se necesita reducir la potencia del barco para mantener el control, sin perder demasiada velocidad. En este artículo, te compartiremos algunos consejos para optimizar el manejo de las velas náuticas.
Dominando el viento: técnicas para reducir potencia
El desafío en condiciones climáticas adversas con vientos de proa o a un desacuartelar es reducir la potencia de las velas náuticas para mantener el control, pero no demasiado como para que no tener la velocidad suficiente para superar las olas que generalmente aumentan en proporción al incremento del viento. Mucha vela es un problema y poca también.
Aplanar las velas, aumentar el twist y reducir el ángulo de ataque
Las técnicas de reducción de potencia comienzan con aplanar las velas, aumentar el twist y reducir el ángulo de ataque; estos son los primeros pasos para hacer frente al aumento de los vientos. Las olas que los acompañan pueden ser un problema tan grande como el propio viento. Las olas colaboran a la pérdida de potencia, ya que navegar con poca potencia puede dejarte a merced de ellas y chocar contra el viento contra un oleaje en ascenso puede ser más que desagradable, incómodo y hasta peligroso, ya que el movimiento golpea a la tripulación y al equipo.
Maniobras para optimizar la navegación en olas
Ajuste la velocidad. Como se mencionó anteriormente, a veces, reducir un poco la velocidad puede mejorar drásticamente el movimiento y la comodidad del barco. En otras ocasiones, agregar potencia y velocidad para ayudarte a sortear las olas más grandes puede mejorar la navegación. A menudo, filar escota solo unos centímetros ayudará a abrir la baluma y descargar potencia, a su vez le ayudará a encontrar un camino más suave a través de las olas. Si el movimiento es malo, experimente para mejorarlo, en esto no hay una ciencia exacta para una variedad tan grande de condiciones y barcos distintos.
Achicando trapo, primero las de proa. Si todos los trucos para reducir la potencia y aplanando las velas no son suficientes es momento de reducir la superficie vélica. El primer paso es comenzar por las de proa. Generalmente, menos área de génova con la mayor completa da más velocidad, buen ángulo de ceñida y mejor control de las olas y las rachas de viento. En la mayoría de los yates actuales reducir vela de proa no es ir a mojarse a proa, sino enrollar desde la bañera. La vela mayor tiene más recursos para adaptarse al viento como la tradicional toma de rizos, enrollando en el mástil o la botavara, mientras que el génova tiene menos, por lo que lo óptimo es establecer cuál es el tamaño de génova más pequeño que nos permita navegar en rumbos cerrados al viento a una velocidad conveniente, teniendo en cuenta que de crucero con menos de 3 o 4 nudos de viento vamos a motor.
Génovas eficientes: rizado y control
Si el génova no es muy grande se enrollará mejor y permitirá navegar rizado con una superficie lógica. Cuanto se puede rizar un génova tiene relación directa con cuánta superficie será enrollada, su material, diseño y su tiempo de uso. Con viento fuerte, un buen aparejo reducido y bien trimado provee más velocidad, control y confort que navegar con demasiado trapo. En la actualidad los génovas han ido reduciendo su superficie amoldándose a los nuevos diseños, incluso en barcos que tradicionalmente usaban génovas gigantes de 150% del triángulo de proa, los nuevos materiales y diseños permiten producirlos más pequeños haciendo que el rizado de los mismos sea más efectivo
Rope Luff: mejorando el rizado del génova
Una importante mejora es el uso de un Rope Luff, Foam luff o recuperador de bolsa, que es una solución ingeniosa al viejo desafío de preservar la forma adecuada del foque cuando está parcialmente enrollado. Se coloca uno o varios cabos dentro de una funda unida justo detrás y paralela de la cinta de grátil del foque, reduciendo progresivamente la profundidad en el centro de la vela a medida que se enrolla. En comparación con las almohadillas de espuma, usadas en el pasado y que es cierto que son más aerodinámicas, la utilización de cabos rígidos son más abultados, pero en la práctica resultan mejores, son más livianos, no absorben agua, son resistentes al moho y son mucho más fáciles de montar porque se pueden adaptar al foque o génova existente. El resultado es que achata la vela en el medio a medida que esta se enrolla, reduciendo la escora y haciendo que el barco más fácil de timonear cuando el viento aumenta.