Los también conocidos como ‘sleeves’ o ‘socks’ tienen algunas ventajas sobre los enrolladores a la hora de izar y arriar spinnakers y gennakers

El desarrollo y la popularidad de los enrolladores de velas volantes ha opacado las virtudes de los calcetines, también conocidos como sleeve, sock o snuffer. Sin embargo, tienen algunas ventajas sobre los enrolladores a la hora de izar y arriar spinnakers y gennakers. En barcos modernos, su velocidad hace que el viento aparente se cierre, por lo que velas más planas brindan mejor performance. Esta geometría también los hace más aptos para el enrollado. 

Las velas enrollables necesitan un diseño especial para tener éxito. En barcos de desplazamiento, los más comunes de crucero, el enrollado tiene sus complicaciones y el calcetín es una buena opción por sus ventajas y el menor costo frente a los sistemas enrollables. El manual de uso del calcetín dice que «hace el trabajo de dos tripulantes experimentados y permite izar y arriar el spinnaker con facilidad, cobrando del cabo continuo, sea simétrico o asimétrico. Después, el calcetín es arriado y estibado en el saco sin problemas, cualquiera que sea el estado del mar». En teoría es verdad, pero en la práctica, la diferencia es inmensa.

Izando. La primera gran ventaja del calcetín es que siempre está preparado para usar. No hay que andar buscado los puños ni recorriendo grátiles y balumas, evitará izadas por el puño de escota, el típico «8» y otros tantos contratiempos. Se puede izar habiendo enrollado el génova ya que no hay peligro de inflado prematuro, algo que confundiría  toda la maniobra en una pequeña tripulación de crucero. No trate de subir el spí sin la mayor izada, esta le tapará el viento. Sin la mayor izada, al filar la driza, el spinnaker volará inalcanzable lejos del barco. El calcetín ayuda en estos casos, pero no abuse. Otro aspecto importante es que el largo del calcetín no debe ser más que la baluma del gennaker, en la práctica unos 30 cm. más corto, ya que si el puño de escota se mete dentro, le costará salir.

Arriando. Al arriar es cuando más se aprecian las ventajas del calcetín. La lucha desigual con un montón de tela indomable con riesgo de irse al agua o que se enganche en el aparejo es completamente distinta a ir plegando dócilmente el calcetín dentro de su saco o meterlo por el tambucho de proa. Es imprescindible que el calcetín tenga la boca rígida. Si no es así, al tirar con fuerza se deformará y la vela se negará a meterse dentro. Un peligro potencial es que esta boca rígida vaya sin control por la cubierta y golpee a alguien en la cabeza. Hay modelos acolchados para evitar accidentes. Un sistema que previene este problema y facilita el arriado es tener una polea de abrir -pasteca- tomada de la banda de algunos de los agujeros de la orla de aluminio en algún punto cercano del mástil para contar con la ventaja del socaire de la vela mayor. Pasando el cabo sin fin por la polea siempre se tiene el calcetín controlado y es más cómodo para hacer fuerza tirando hacia abajo. Mientras más grande sea el calcetín y el del spí, más ventajas tendrá la pasteca en la borda, que mejor si tiene mordaza, para no perder lo cobrado. Pero cuidado, hay dos tipos de calcetines: los que hacen todo lo enunciado anteriormente y de los otros. Adquiera aquellos de velerías que den garantía o le hagan una demostración para comprobar su funcionamiento.