La nueva tendencia es tratar de enrollarlo todo, desde un tormentín o una trinquetilla, hasta cualquier vela de vientos portantes. Es cierto que los sistemas de enrollado encarecen la navegación, pero por otro lado la hacen más fácil, segura y, sobre todo, nos anima a izar velas cuando buscábamos cualquier excusa para no lo hacerlo.

En el caso de velas de rumbos abiertos, básicamente el foco es reemplazar el confiable pero trabajoso sistema de calcetín para la navegación de crucero. Hay una variedad de sistemas de enrollado que hacen estos trabajos que dependen del tamaño de barco y sobre todo del tipo de vela a enrollar, superficie y características. Esencialmente la idea es un cabo anti-torsión, especial para este trabajo, con un giratorio en el tope y un tambor con cabo continuo en la base para hacer girar el cabo cuantas veces sea necesario parar enrollar totalmente la vela.

Para que el proyecto sea un éxito, primero es imprescindible pensar qué es lo que quiere enrollar. Para esto, si va a enrollar una vela existente de su inventario, a reformar alguna o piensa en una nueva, consulte a su velero. Si comienza por el sistema de enrollado, botalones, desvíos y otros acastillajes sin tener en cuenta la vela es posible que la vela no se adapte por infinidad de importantes detalles.

Los sistemas de enrollado pueden dividirse en dos tipos básicos: Botton-Up que comienza enrollado de abajo hacia arriba y Top-Down, de arriba hacia abajo. Botton-Up funciona como su enrollador de genova con la excepción que no es una sección de aluminio rígida la que gira sino el cabo antitorsión. El cabo antitorsiòn va por dentro, sujeta al grátil de la vela y amurada a la base el tambor de enrollador. A cada vuelta del tambor la vela se enrolla de abajo hacia arriba dependiendo de la calidad del cabo antitorsiòn. Si el cabo se enrosca requerirá más vueltas y más esfuerzo. Es necesario un cabo enrollador sin fin porque el número de vueltas puede variar según las condiciones del viento y además el enrollar también las escotas también ayuda a la seguridad y comodidad.

Los equipos Botton-Up trabajan bien si la vela no es muy ancha arriba, como grandes genovas tipo reacher o los llamados Code 0, el ancho medio debe ser aproximadamente un 50% de la base o como máximo un 60 o 65%. Son velas para ángulos cerrados de entre 60 a 130 grados ya que con ángulos mayores son pequeñas, muy planas e inestables. Como las velas para ángulos mas abiertos son más grandes y los anchos aumentan arriba, es más difícil enrollarlas empezando desde abajo hacia arriba. Para ángulos de 90 a 155% de viento aparente tienen que ser más grandes y más profundas, además el grátil es muy positivo lo que hace que una vela potente y estable sea un trabajo para un enrollador Top-Down.

Como estas velas tienen un grátil mas redondo y más largo  que el cabo antitorsión, vuelan separadas este este. La vela va solamente sujeta de sus extremos, tope y amura. La amura del tambor es giratoria e impide que la vela se enrolle, haciendolo solamente de arriba, donde están las secciones más redondas, hacia abajo.

No importa lo bien que funcione o lo que le haya costado el sistema, existen limites.  Una vela con un ancho del 100% de la pujamen  puede que enrolle  o puede que no. En ese momento un calcetín empieza a tener más sentido. Hay que tener en cuenta que un buen Top Down  con un apropiado cabo antitorsión, reducción 2:1 de driza y desvíos puede costar igual o más que una vela vela nueva. 

Resumen: para enrollar, las velas más planas lo hacen mejor. Para grandes superficies con secciones medias muy redondas es mejor un calcetín.