¡Cuidado! Las ventiscas propias de otoño o invierno pueden desenrollar y posiblemente destruir un génova mal enrollado o sin la tensión suficiente

Cuando regresamos de una navegada de fin de semana y ordenamos el barco mecánicamente, entre otras cosas, enrollamos el génova. Como estamos protegidos y no hay viento, podemos no prestar la debida atención para un enrollado seguro. Porque, ¡cuidado!, las ventiscas propias de otoño o invierno pueden desenrollar y posiblemente destruIr un génova mal enrollado o sin la tensión suficiente
 

A las primeras rachas fuertes, la catástrofe comienza con un desenrrollado parcial a la que le suceden sostenidos gualdrapazos que desenrollan el resto. Esto destruye, sin prisa pero sin pausa, la protección de baluma, costuras y paños.

Se trata de una realidad, no historias escuchadas en el bar de un club náutico. Por experiencia, sé que se ensañan particularmente con los yates del Puerto de Andratx. En algunos casos, son tormentas perfectas y varios genovas enrollables son reducidos a jirones de tela y flecos. También es de destacar que las velas nuevas se enrollan de forma compacta sin dejar espacios sueltos, pero en las viejas o sin mantenimiento, con balumas estiradas y bandas de protección descosidas, las posibilidades de un desenrollado en un ventarrón aumentan.

Mejor entre dos personas

Esto puede evitarse dando unas vueltas extra de manera que las escotas se enrollen un poco más en la vela. Es más práctico hacer esto en la amarra entre dos personas, pues una sola no puede mantener tensión en la escota y el cabo del enrollador a un mismo tiempo. El enrollado en navegación, a veces, no tiene la tensión apropiada para que el génova quede bien apretado. Las escotas deben tirar hacia atrás y trincarse bien con el winche de escota de génova. Lo mismo con el cabo del enrollador para que el circuito quede cerrado. No es conveniente hacer firme las escotas en el púlpito de proa, ya que es más fàcil que el génova se desenrolle.

Si el pronóstico anuncia vientos fuertes o si usted va a dejar su barco desatendido por algún tiempo, un par de tomadores alrededor del cubre mayor le hará dormir tranquilo, sobre todo con los actuales lazy covers que ofrecen más superficie al viento.  Si su cremallera no está en buen estado, con más razón. 

Estas son soluciones para barcos que mantienen su actividad todo el año, pero si no navega en invierno la regla de oro es sacar  las velas y guardarlas, lo haga usted mismo o con ayuda de un profesional.

Después de una temporada en la que las velas le han llevado a calas  memorables, puertos lejanos y le han proporcionado horas de disfrute, haga una buena inversión y protéjalas de la intemperie. Guárdelas, si es posible no a bordo, pues la condensación las mantendrá siempre húmedas. Por experiencia, tengo clientes que hacen estas rutinas de invierno y mantienen sus velas en perfectas condiciones durante años, con sus costuras menos afectadas por UV, secas, limpias y libres de hongos, los que no, así les va.