Ya comenté en el articulo anterior que la búsqueda del «agujero en la formula» fue siempre el patrón de diseño capaz de aprovechar al máximo las reglas para producir un yate más veloz que lo que dicen los números. Las dos principales reglas de calificación en uso hasta la década de 1960 eran la norteamericana CCA (Cruising Club of America) y la europea RORC (Royal Ocean Racing Club). La creciente popularidad de las regatas oceánicas y la reactivación de la calificación de nivel para las diversas Toncup, impulsaron la necesidad de una regla única, y así nació la IOR. Empezó con ímpetu pero, al poco tiempo, las reglas comenzaron a ser modificadas para controlar diseños y aparejos extremos. Las modificaciones era tan rápidas que los veleros en producción quedaban obsoletos antes de ser botados.

Su influencia en el diseño de yates durante ese periodo estuvo lleno de innovaciones y se pudieron ver desde barcos magníficos hasta los más aberrantes. El aparejo yawl, de dos mástiles, con palo mesana pequeño, por detrás de la caña de timón, ganó muchos adeptos debido a la ventaja que le concedían las formulas de compensación. Recibía un beneficio del 4% de su superficie por cuanto se estima su inferioridad propulsora en ese porcentaje. Un aliciente extra de aparejar como yawl es la franquicia de establecer una vela entre palos del tamaño que se desee sin recibir recargo de tiempo. Las otras ventajas de subdividir el velamen para adecuar la superficie vélica según las condiciones, eran adicionales.

En esa época, como ahora, lo importante era tener el rating más bajo posible. El aparejo ketch tiene el palo mesana establecido a proa del timón y tiene una mayor superficie velica  que el yawl, el descuento del 12% en el ketch es más importante debido a que se admite una eficiencia menor.

Cuanto mayor sea la superficie de mesana mayor será la compensación en estos barcos de dos mástiles, dada su menor relación de altura del aparejo en su conjunto y tanto menor su eficiencia en ceñida comparada con los yates de un mástil. Este concepto generó aparejos inusuales, como el de Jerry Milgram (EEUU) con su estrambótico Cascade de 38 pies, con aparejo de ketch, sin velas de proa. Medía solo 21 pies IOR (menos que un media tonelada). Tuvo una penalización arbitraria del 10% en la clasificación del SORC de 1973, pero aún así ganó tres de las regatas de la serie.

El diseño aprovechó el agujero en la fórmula transformando los 75 metros cuadrados de vela que adicionaba el entrepalos que hacía de génova, pero midiendo solo 28 metros cuadrados de total de velas. El Cascade, que logró mantener una calificación favorable mediante la adición de un pequeño foque a proa y compitió con distinción hasta 1983, era odiado por toda la flota que se mofaba de su horrible aspecto y su condenado bajo rating. Las lagunas en la medición fueron aún mayores 13 años después con los aparejos de ketch empleados en tres maxis diseñados por Farr para la Whitbread Round the World de 1989-90, un concepto que se llevó aún más lejos en el evento de 1993-94, donde los aparejos de mesana se hicieron más grandes.

En la actualidad, los yates de regata crucero de dos mástiles han desaparecido, salvo en los clásicos, donde lo importante es la conservación de los aparejos tradicionales. Hay muchas razones por las que los yates aparejados como sloops de un solo palo son los reyes de las regatas actuales, pero la más  importante es que las pruebas barlovento sotavento no ofrecen ninguna posibilidad a un yate de dos palos.