Antes de comprarlas, mejor que las vea un velero y determine si es posible adaptarlas al barco a un precio razonable

Las velas usadas pueden ser una opción válida cuando el presupuesto no alcanza para nuevas pero no es oro todo lo que reluce. Aunque el precio final es determinante, otros factores importantes a tener en cuenta son las características de nuestro barco y qué tipo de navegación vamos a hacer. Las velas usadas pueden ser buenas o malas según el uso que pretendamos darles porque un crucero a Mykonos no es lo mismo que ir a comer un bocadillo fondeado en Cala Blava y volver con el embat. Ni que hablar de regatas, que es otro nivel de velas.

Al analizar la búsqueda de velas usadas, la atención suele centrarse en las medidas; sin embargo, el material con que están construidas, el corte, la distribución de paños, fajas y patines con que las velas son izadas son también cruciales. Comprar velas usadas solamente porque las medidas son relativamente parecidas a las que buscamos puede terminar en dinero tirado por la borda. Modificaciones de medidas, protecciones o cambio de garruchos suponen horas de velería y materiales, por lo que la ventaja de un presupuesto inicial atractivo resulta en un precio final muy caro para el resultado. Un buen parámetro para saber si las velas usadas tienen un precio adecuado es tener también el precio de las nuevas para comparar.

Respecto a los materiales, las velas de dacron de corte horizontal son las más confiables por su durabilidad y mayores posibilidades para adaptarlas a otras medidas. Las radiales no se pueden recortar por cualquier lado por lo que son difíciles de adaptar sin que se estiren. El estado de los materiales laminares es complicado de evaluar por neófitos, además su vida útil es más corta por ser materiales pegados en sanwdwich. Viejas velas de regata de kevlar, vectran o technora no son una buena opción para un velero de crucero, pues pueden delaminarse aunque su aspecto no lo indique. A las modernas velas de membrana no es posible recortarlas ya que sus fibras van de puño a puño. Siempre se puede encontrar quien haga una chapuza y corte las fibras por cualquier lado, pero el resultado será la pérdida de la forma de la vela, arrugas irreconciliables o balumas caídas.

Para hacer una buena comparación hay que saber con exactitud las medidas del barco. Una pequeña diferencia supone la imposibilidad de recortar o muchas horas de trabajo. No se puede cortar fácilmente un metro de grátil de mayor, ya que hay que cambiar los garruchos y puños de amura y por baluma los terminales de sable y puños. Además puede suceder que los sables no queden equidistantes unos de otros. Los spinnakers y gennakers se pueden recortar pero no alargar a un precio rentable. Tienen más libertad en las medidas porque no necesitan amurarse a ningún mástil ni relinga.

En definitiva: antes de comprar velas usadas, que las vea un velero experto que le pueda asegurar que la modificaciones son posibles y a un precio razonable, o compre velas usadas a quien le garantice un precio final por las velas montadas en su barco; mayores que puedan subir bajar y genovas que se puedan enrollar y desenrollar.