El trabajo manual es el único procedimiento seguro para lavar velas y otros textiles de los barcos, está comprobado. Máquinas lavadoras aunque sean a escala industrial pueden destruir una buena vela

Si sus velas van tomado diversos tonos grises o sombras marrones, se dará cuenta que ha llegado el momento de lavarlas. Hongos, sal, residuos grasos de polución, efluvios de algún sofrito de la cocina de abordo, manchas de indefinible procedencia, lluvias de barro o cacas de pájaros van afeando la vela a medida que pasa el tiempo. Además, existe una agresión a la estructura de la vela misma y a sus costuras que se debe tener en cuenta. Como el aumento de manchas se produce lenta pero paulatinamente, es difícil percibir las diferencias al no existir un elemento de comparación; sin embargo, las capacidades de las velas decrecen y esto sí se puede comprobar.

El agua de mar y la sal mantendrán la vela siempre húmeda y será campo propicio para hongos (puntos y manchas negras) que en principio son superficiales, más tarde se meterán entre las costuras y finalmente formarán parte de la vela. Si son laminares, navegarán por dentro del adhesivo y serán imposibles se sacar. Si los spinnakers y otras velas de portantes se mojan con agua de mar después de una arriada no ortodoxa y son guardados sin lavar con agua dulce, la humedad de la sal generará hongos y si están dentro del barco la condensación puede hacer migrar los colores obscuros hacia los más claros.

Las cremalleras de los sacos de velas de regata, lazy covers, biminis y otros herrajes, si no son lavados, se negarán a cooperar y, si insistimos, se romperán. Desmontar y cambiarlos es más caro que lavar.

Las llamadas «lluvias de sangre» dejarán depósitos saharianos que además de barro, contienen sustancias químicas contaminantes, incluyendo isótopos radioactivos debido a la industrialización del Magreb. La caca de pájaros es muy ácida (un PH entre 3,5 y 4,5), esto hace que sea muy corrosiva, manchando fácilmente los textiles y comiéndose incluso la pintura del barco, por eso la limpieza es esencial y mientras más rápido limpiemos menos posibilidades que las machas se queden de forma permanente.

El problema no es sólo estético, también puede ser un riesgo para la salud. Los excrementos de aves contienen hongos, bacterias, y otros organismos que transmiten enfermedades, como las histoplasmosis. Por ello es importante limpiarlos lo antes posible. Los  pájaros suelen volver a los lugares donde dejaron su olor e, inclusive, hacen nidos dentro de los cubremayores.

El trabajo manual es el único procedimiento seguro para lavar velas y otros textiles de los barcos, está comprobado. Máquinas lavadoras aunque sean a escala industrial pueden destruir una buena vela. Hay también quien las han tirado a la piscina con resultados catastróficos. Productos químicos agresivos (inadecuados) pueden debilitar las fibras. Cada material es diferente y necesita un tratamiento específico. De forma casera y si no se tiene experiencia se puede hacer una lavado de cara con un jabón neutro, cepillos suaves y agua de grifo. Sólo los maestros veleros tienen experiencia  parar saber qué material y qué producto usar para una limpieza adecuada sin dañar las fibras. Consulte a los expertos y decídalo antes que sea demasiado tarde.