Con el Sock-Jib no es necesario ningún estay alternativo ni modificación en el aparejo o instalación previa

Para el crucerista de fin de semana, o incluso para el que cruza el océano, las velas de enrollar son una buena combinación entre performance y comodidad. Cuando por el aumento del viento y el rumbo a navegar, el génova parcialmente enrollado no nos asegura el rumbo ni la velocidad adecuada, a lo que se añade la posibilidad de romperlo, la prudencia marinera obliga a un cambio por un foque pequeño o un tormentín. Si la vela es vieja o está en malas condiciones, el peligro aumenta. Con nuevas, mejores materiales y diseños, el rizado del génova tiene más posibilidades.

El cambio de vela de proa requiere de varios tripulantes, ya que al arriar, deben estar atentos a cargar la vela en cubierta para evitar que al salir de la relinga se vaya al agua. Arriar, doblar, embolsar, estibarlo y envergar un foque en el enrollador, es una dura tarea, a veces imposible, para una pequeña tripulación de crucero. Al izar las velas deben ser embutidas sobre una sección de aluminio del enrollador lo que complica aún más esta maniobra y obliga a tener un tripulante en proa guiando la vela dentro de la relinga mientras se iza. Con mar y viento fuerte esto es peligroso en extremo.

En la navegación offshore, lo que más se usa es un segundo estay interno. Molesta para virar, pero como en la mitad del mar los bordos cortos no existen puede armarse antes de salir, llevando ya envergada una vela con mosquetones o montar un enrollador. Muchos barcos traen ya un segundo estay como equipamiento estándard, pero en las embarcaciones viejas, montar «de cero» un segundo estay, sobre todo con enrollador, es costoso.

Con el Sock-Jib no es necesario ningún estay alternativo ni modificación en el aparejo o instalación previa. Se enrolla el génova totalmente y sobre él, puede ser izado por un solo tripulante. Es un foque pequeño o tormentín que posee una funda incorporada que le permite envergarlo por sobre el génova enrollado tomándola con mosquetones Wichard sobre sí mismo.

Al izarlo, el génova queda entubado como en un calcetín, igual que una vela de wind-surf hace con el palo. No tiene cremalleras ni nada que se pueda romper o complicar la izada, fundamental en las condiciones en que se va a usar. Aunque la facilidad de envergue, es la característica fundamental del Sock-Jib su performance, sobre todo en ceñida, es destacable. Un problema dos soluciones, usted decide.