Los «jaght», o cazadores de piratas, nacieron en el siglo XVI y pronto derivaron en embarcaciones de recreo. Carlos II de Inglaterra, exiliado en los países bajos, adoptó la navegación por placer y adaptó la palabra «yacht». Allí empezó todo.

El origen holandés de la navegación por placer

A la luz de la información disponible, el yachting en el sentido moderno nació en Holanda porque ya en el siglo XVI en los países bajos se empleaban pequeños y veloces (para la época) veleros destinados a ir tras los contrabandistas y piratas. Los llamaban «jaght», que significa perseguidor o cazador. Los acaudalados armadores de Amsterdam los usaban para ir al encuentro de sus barcos que volvían de las colonias y también como «public relation» para alardear.

La navegación holandesa, avanzada para la época, participó de la invención y perfeccionamiento de la vela cangreja, el aparejo de sloop, todavía vigente, y el schooner. Además las orzas laterales, nunca vistas en el resto de Europa, con lo cual se dio solución a uno de los problemas más serios de la navegación, al evitar el abatimiento de los barcos.

El yachting de Holanda estaba en su apogeo cuando el Rey Carlos II de Inglaterra, un navegante de alma y fortuna incalculable, se refugió en dicho país en calidad de exilado. Sintiendo gran pasión por los barcos, estaba muy interesado en la construcción y diseño de los jachts holandeses. Frecuentemente le invitaban a pasear en los mejores barcos y terminaron por poner a su disposición, desinteresadamente, el más hermoso jacht que poseían, el más grande de la flotilla en la que las personas del más alto rango practicaban el yachting por los ríos, canales y el mar. El rey Carlos quedó tan entusiasmado que expresó su deseo de mandar construir un barco para su uso particular. Al enterarse, el burgomaestre de Amsterdam le rogó que aceptara como recuerdo de la ciudad un yacht que se había terminado recientemente.

Se llamó a los mejores artistas para que decoraran su interior y a los más afamados escultores para ornamentar su exterior. El obsequio, llamado Mary, tenía 16 metros de eslora, 5.80 de manga  y 100 toneladas de arqueo, aparejo de mayor cangreja, trinquetilla y foque con una vela cuadra al tope.

Cuando Carlos II, en 1660, volvió a su patria y fue restablecido como rey de Inglaterra, no solo introdujo la práctica de la navegación de placer, sino también la palabra yacht. Los ingleses la aceptaron fonéticamente, viéndose obligados a cambiar la J por una Y, para mantener la misma pronunciación, dando así origen a la palabra yacht, universalmente divulgada.

Un año más tarde, el rey mandó construir un yacht con el nombre de Jaimie, diseñado por él mismo. La navegación por placer se difundió entre los aristócratas ingleses hartos de la cacería de zorro. En los 12 años siguientes se construyeron nada menos que 28 yachts, los dos primeros de este grupo, el Catherine del rey y el Anne, del duque de York, corrieron en 1662 en el río Támesis la primera regata de la historia de la que se tiene constancia.

En 1720 se fundó el primer club náutico de la historia en Cork, Irlanda, donde un grupo de barcos  se reunían para navegar haciendo regatas. La primera gran competición internacional nació en 1820, por la rivalidad entre éste club y el New York Yacht Club, dando lugar en 1851 a la Copa del América. Los ingleses inventaron el juego, pero pese a gastar pornográficas sumas de dinero nunca pudieron ganar la Copa.